viernes, 12 de marzo de 2010

La alianza entre el nazismo y el capitalismo

A continuación habló de la alianza concertada entre su partido y el Partido Popular Nacional Alemán. Este último había sido, entretanto, reorganizado por el señor Von Papen. Finalmente, tocó el punto que, en mi opinión, era el verdadero motivo de la reunión. Recalcó la necesidad de que los dos partidos acabados de mencionar alcanzaran la mayoría en las elecciones que se avecinaban para la formación del Reichstag. Krupp von Bohlen dio a Hitler las gracias por el discurso y éste abandonó acto seguido la sala. El doctor Schacht propuso crear un fondo electoral de tres millones de marcos; esta cantidad sería repartida equitativamente entre ambos aliados, con arreglo a sus fuerzas respectivas.
VON SCHENITZLER: declaración jurada durante los procesos de Nuremberg, 1945.
- Cuestiones:
1.¿Cuál era la postura teórica del nazismo con respecto al capitalismo industrial?
2. Explica por qué el capitalismo apoyó a los partidos fascistas durante el período de entreguerras.
3. Valora la responsabilidad de los capitalistas que apoyaron a los fascistas en las prácticas de violencia y en la políticas de exterminio ejercidas por los regímenes fascistas.

8 comentarios:

  1. 1) Era manifiestamente hostil, el nazismo era socialista, un partido de base obrera, de los trabajadores. Solo que rechazaba las tesis marxistas internacionalistas -bueno, más que rechazarlas, las derivó hacia el pangermanismo basándose en Nietzsche y los idealistas alemanes, entre otros-.

    2) Por su naturaleza intrínseca y su necesidad de libre mercado, del mismo modo que apoyó a los mismos comunistas, por ejemplo vendiendo trigo a la Unión Soviética después de que ésta destruyera sistemáticamente la riqueza de Ucrania mediante un régimen de terror.

    3) En mi opinión, su responsabilidad fue por no definir una posición clara de defensa del capitalismo, el libre mercado y el liberalismo democrático y hacer concesiones a los diversos tipos de socialismo, entre los que figura el fascismo y el nazismo. Básicamente fue la misma responsabilidad que observamos hoy día en su complicidad con los genocidas gobienros comunistas, como Cuba, los bolivarianos, China, Corea del Norte, Birmania y muchos países de África.

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  2. Otra cosa, me llama soberanamente la atención que se mencione la minucia del partido popular alemán, un aporte fútil y pequeño, del que se está aprovechando el nombre para relacionar al nazismo con la derecha española actual, y sin embargo se omita su verdadera denominación y naturaleza: Partido Nacionalista (como el PNV y los independentistas catalanes) Socialista Obrero (como ERC y el PSOE) Alemán.

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  3. Varias puntializaciones, Jailón.
    En primer lugar decirle que estos comentarios de textos históricos quedan a disposición de todos los lectores, pero no desearía que se contestaran a las cuestiones, puesto que mi intención es que mis alumnos sí que lo trabajen y me lo entreguen en clase.
    En segundo lugar, discrepo extraordinariamente de usted, llegando a entender que su ideología se acerca a discursos de extrema derecha camuflados de democráticos. Por ello, y aunque no lo suela hacer, le contestaré humildemente a algunas de las barbaridades que ha llegado a escribir. No pretendo con ello ganarme su comprensión, ni mucho menos. Tal vez sea una forma de que usted analice los acostecimientos históricos, así como los contemporáneos de una forma más abierta.
    En la primera cuestión que expuse: el nazismo jamás renunció a su componente capitalista, aunque teóricamente sus postulados así lo dijeran. Se nutrió de las arcas de los principales industriales y banqueros de Alemania, como Thyssen. Es una aberración escribir que el nazismo era socialista y un movimiento en favor del proletariado, cuando precisamente a partir de 1933 se suprimieron los principales derechos y libertades que los trabajadores alemanes habían conseguido en la democrática República de Weimar. Por no mencionar la pérdida de su capacidad adquisitiva, sometiendo al trabajador medio alemán a unas condiciones laborales penosas. Todo por el bien de la "Gran Alemania".
    Segunda cuestión: me parece a mí que usted no sabe demasiado de historia, ni parece ser que le interese, aparte de la propaganda que pueda leer por la red. El nazismo se alía con el capitalismo para extraer beneficio, para sacar tajada. Utiliza un discurso que dice ser revolucionario para someter a la prole, cuando realmente su alianza viene dada con las principales fortunas del país.
    Tercera pregunta: sigue con su discurso demagógico, metiendo en el mismo saco a nazismo y fascismo por una parte, y a comunismo por otra. Se trata de contestar a la pregunta, no de divagar y de nuevo introducir ejemplos que no vienen al caso, y algunos, incluso, con cierto desatino.

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  4. Por último, contestarle al segundo comentario. El texto en cuestión es una parte de la declaración en los Juicios de Nuremberg de Georg Von Schenitzer, uno de los hombres fuertes de la poderosa empresa química IG Farben, colaboracionista con el régimen nazi. Menciona al Partido Popular Alemán porque así lo dijo en 1945. Ni más ni menos. Si usted petende entender que todo es una caza de brujas y una persecución contra el PP en España, allá usted, pero me parece que se equivoca, y mucho.
    Von Schenitzer murió en 1962, momento en el que, por desgracia, en España había un régimen dictatorial de ultraderecha que hacía inviable la pluralidad de partidos. Incluso de algunos (como Alianza Popular, posteriormente llamado Partido Popular) que fueron creados por miembros del gobierno de Franco (el Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga), ya en democracia. No creo que el tal Von Schenitzer le hubiera dado en aquel momento por conspirar, elucubrar, o directamente, por ser adivino.
    Se ha lucido, Jailón. Ya lo último no tiene desperdicio en este cúmulo de despropósitos. La enumeración de partidos que ha dado. Pone en el mismo saco a PNV, nacionalistas independentistas catalanes y PSOE. En un intento de tergiversar la realidad, de manipularla. Simplicidad al máximo extremo. Coger las siglas del NSDAP y atribuir cada una de ellas a partidos democráticos en España. Que por cierto, son, mira que casualidad, nacionalistas periféricos o partidos de centro-izquierda. Me recuerda esta manipulación a ciertos carteles de grupos de ultraderecha en España, como en su momento hizo el Partido Nazi en Alemania. Lo siento, pero creo que le falta sentido común, objetividad, comprensión y mucha tolerancia en sus discrusos. Y veo algo de odio y amargura. ¿Será por algo? ¿Tal vez nostalgia?. Algo percibo: mucha demagogia, intransigencia y mala leche. Sin acritud.

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  5. He tardado en responder por una serie de responsabilidades personales y familiares, pero creo que su actitud se sale un poco de la esperada:

    1º Muchos eruditos, como Enrique de Diego y César Vidal, consideran que el concepto de "extrema derecha" o “ultraderecha” es muy vago y no define exactamente la realidad política del fascismo, precisamente por lo que estamos debatiendo, lo sitúa en la misma línea del liberalismo, cuando su dirección, tal vez sin ser radicalmente opuesta, dado que reconoce el derecho a la propiedad privada, al menos para un sector de la sociedad, es diferente. Los movimientos fascistas y nacionalsocialistas aborrecen la democracia, y su crítica del capitalismo y su consiguiente antiamericanismo es muy radical, con lo que dentro del espectro político, al menos yo no lo incluiría en la misma línea que el Partido Republicano norteamericano o los “Tories” ingleses, que es lo que entiendo por “derecha” política.

    2º ¿Barbaridades? En mi opinión lo que es una barbaridad es estudiar y enseñar un movimiento sin tener en cuenta su base teórica, los escritos de sus fundadores y promotores, porque si eso se hiciera no existiría un solo movimiento coherente en la historia de la humanidad. Usted mismo reconoce que el nazismo tenía unos postulados teóricos revolucionarios que negó en la práctica.
    Por ejemplo, muchos partidos “socialdemócratas” hacen lo mismo, sobre todo en América Latina, y no por ello se considera la socialdemocracia como “ultra-capitalista”. Antes de que lo malinterpretes, como has demostrado hacer en beneficio de tu posición, debo decir que eso no significa que yo personalmente tenga antipatía a la socialdemocracia, de hecho admiro la que se practica en Europa, pero sí me molesta que en la práctica se traicione al discurso socialdemócrata en las Américas.

    3º Tal vez no sea un entendido en el Tercer Reich, pero eso no significa que desconozca la historia (¡en general!) ni que no me interese. Esta aventurada generalización además es solo el comienzo de sus prejuicios contra mi persona, para los que no se ha cortado lo más mínimo. Usted no me conoce para empezar a catalogarme de esa manera, yo solo hablé en relación al artículo, contrastando con la información que yo tengo.
    Independientemente de si estoy de acuerdo o de quién tenga razón, no veo conveniente descalificarnos.

    4º La colaboración del partido popular alemán es incidental en el movimiento nacional-socialista, siendo mucho más importante su discurso revolucionario con el que se ganó el apoyo de la población alemana. Para evitar equívocos podías haberlo puesto en alemán, no creo ser el único que al ver el artículo tenga esa impresión de que intentabas relacionarlo con el PP español, con el que estarás de acuerdo conmigo no tiene relación alguna.

    5º La enumeración de partidos vino como un contraataque a la mención del partido popular, demostrando que solo por el nombre y el discurso se podría relacionar demagógicamente al nazismo prácticamente con cualquier partido español. Aquí sí debo disculparme, pero lo hice por despecho, porque realmente creí que usted quería relacionar al Partido popular, y eso me molestó mucho.

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  6. Es posible que haya caído en la actitud demagógica de los grupos fascistas españoles y de los nazis de los años ´30, y lo siento de veras, porque están muy lejos de mi manera de pensar, entre liberal, conservadora y socialdemócrata.

    Pero eso no le da derecho a despreciarme como lo ha hecho: mis errores han sido sobre cosas que no son tan evidentes, empezando porque son temas de la política de otro país hace 80 años, nada que ver con el sentido común; ¿comprensión? Creo que nos ha faltado a ambos. ¿Tolerancia? En el contexto, yo asumía que usted no toleraba al partido popular español y lo único que hice fue salir en su defensa. Si es por las dictaduras comunistas, son tan intolerables como el nazismo ¿Odio y amargura? No me ha entendido bien, y además no me conoce para saber lo que siento. ¿Nostalgia? Soy demasiado joven para eso. ¿Demagogia? Ambos hemos caído en esa actitud contra el adversario. ¿Intransigencia? No la veo en mis comentarios, salvo la misma censura contra las peores dictaduras del mundo actual que contra las de los años ´30.
    ¿Mala leche? Sé que lo dice por la mención de los partidos socialistas españoles en relación al nazismo, era para defender al partido popular al que consideré atacado por el artículo.

    Una pregunta, si no tiene acritud, ¿porqué tiene tantos prejuicios contra mí? Aclarado esto y hechas las paces, si lo desea podemos seguir debatiendo, el tema es interesante y contrastar opiniones diferentes puede enriquecerlo, si evitamos malas interpretaciones, prejuicios y faltas de respeto como las que hemos tenido. Por mi parte le pido perdón por las mías.

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  7. Perdone por no contestarle antes, Jailón. He tenido olvidado una tanto el blog, no viendo hasta ahora su respuesta.
    Por mi parte, a pesar de la destancia ideológica que tenemos, le considero una persona respetuosa, demostrándomelo con esta segunda publicación.
    No pretendía juzgarle, pero en base a la primera vez que intervino, me pareció que usted hacía un análisis, permítame la expresión, un tanto "emocional", sin anteponer una vision más trabajada y objetiva.
    Bajo mi punto de vista tiene un enfoque muy particular de la historia, que para nada comparto, como puede imaginar. Sobre este punto, podríamos estar horas y horas platicando, pero no sé si llegaríamos a alguna conclusión.
    César Vidal no repesenta un referente en mi manera de entender la historia. Me parece un historiador de segunda fila, más preocupado por intentar dar una explicación interesada y parcial de los acontecimientos históricos que de desarrollar un estudio pormenorizado, a través del cual se pudieran extraer conclusiones interesantes y académicamente respetables.
    Sobre Enrique de Diego, su ideología liberal a ultranza lo convierten en un individuo que tampoco goza de mi simpatía. No se debe a una cuestión personal, sino de comprensión de la historia y la política internacional actual.
    Son personajes, dícense periodistas, entre otras profesiones, claramente posicionados hacia lo que podemos llamar en la actualidad derecha ideológica.
    Existen otros autores, mucho más reconocidos académicamente, que podrían y de hecho lo hacen, aportar un estudio más fundamentado que los que llevan a cabo Vidal y de Diego.
    En otro orden de cosas, en ningún momento, como ya dije, pretendí ni dejé en el aire el hecho de que se pudiera relacionar al Partido Popular Alemán con el actual PP en España. Ya ha dicho usted mismo que no lo interpretó correctamente y que pensó que era un ataque a los populares españoles. Creo que el texto deja bien claro que no hay relación alguna, entre otras cosas, porque estamos hablando de momentos históricos claramente diferencidos.
    Hay muchos otros partidos políticos que sí suelen traducirse al castellano desde su idioma original. Por ejemplo, los partidos Demócrata y Republicano de EE.UU.
    No hay razón por la cual mantener el nombre en alemán, más si cabe cuando el texto está extraído de una pubicación y no ha sido adulterado en ninguna de sus partes.
    No quisiera eternizar mi respuesta. Por último, me gustaría hacerle reflexionar sobre un tema de actualidad. ¿Qué grado de culpa tiene el neoliberalismo en la crisis económica actual? ¿No piensa que el llamado Estado del bienestar se está derrumbando por prácticas propias del liberalismo más radical y reaccionario?
    Le recomendaría, para tener una pluralidad de enfoques históricos y de política contemporánea, leyera otros autores de la talla de Eric Hobsbawm, Carlos Taibo o Ignacio Ramonet.
    Para concluir, decirle que los prejuicios a los que hace referencia me los ofreció usted a través de sus comentarios. Dialogar siempre es constructivo, y si su opinión ha quedado matizada, como así ha sido, le pido disculpas si le ofendí en algún momento.

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  8. Muchas gracias, rectificar es muy positivo en estos casos, realmente tengo que reconocer que me había salido del límite en los primeros comentarios.

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