Estados Unidos, Bélgica, Francia y el Consejo de Seguridad de la ONU tuvieron conocimiento del genocidio ruandés de 1994 antes de que sucediera y pudieron haberlo evitado. Eso es lo que afirma un informe reciente publicado por el grupo Human Rights Watch, con sede en Estados Unidos.
Los norteamericanos estaban interesados en ahorrar dinero, los belgas, en salvar la cara, y los franceses en salvar a su aliado, el Gobierno genocida, dice Alison Des Forges, una especialista en Ruanda y autora del informe. Los funcionarios de Naciones Unidas se ven acusados con fundamento de rechazar las mandas de tropas que reclamaba el comandante de las fuerzas de mantenimiento de la paz de Ruanda.
El teniente general Roméo Dallaire, de Canadá, advirtió de las matanzas sistemáticas de 1994, pero las tropas de refuerzo nunca llegaron.
Bélgica sacó sus tropas después de la muerte de diez soldados belgas "guardianes de la paz", que tuvo lugar el primer día del genocidio. Posteriormente, Bélgica apoyó la posición de la ONU contra el incremento del mandato de las tropas de salvaguarda de la paz.
Francia, estrechamente aliada al Gobierno hutu de Ruanda, ha sido acusada de enviarle apoyo militar tanto antes como durante el genocidio.
El informe, que se titula "No quedó nadie para contarlo" y tiene setecientas setenta y una páginas, critica a Estados Unidos, Bélgica, Francia y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas porque "no fueron capaces de actuar con efectividad".
"Todavía peor, los dirigentes extranjeros reaccionaron con cortedad y retraso una vez iniciada la matanza", afirma el informe.
BBC News, 31 de marzo de 1999.
- Cuestiones:1. ¿Qué país europeo colonizó la zona en el siglo XIX? ¿Qué etnias ocupan la zona?
2. ¿Cómo reaccionó la ONU ante la posibilidad de un enfrentamiento étnico en Ruanda?
3. ¿Qué implicaciones tuvo este conflicto en otros países africanos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario