Los israelíes descubrieron estupefactos las imágenes retransmitidas por la televisión: soldados judíos disparando a niños árabes, rompiéndoles los brazos y las piernas. La revuelta comenzó a organizarse. Las primeras octavillas fueron deslizadas bajo las puertas de las casas y de las tiendas. En ellas se daban instrucciones precisas sobre los actos de desobediencia civil, como por ejemplo el boicot a las mercancías israelíes, el rechazo al pago de impuestos, el rechazo al trabajo; ya estaban hartos de ser explotados por patronos israelíes, de trabajar por salarios inferiores a los de los otros trabajadores. La meta planteada era la obstrucción económica y política de Israel. Estos llamamientos estaban financiados por los jefes del Movimiento Nacional Unificado de la Intifada (movimiento que agrupa a personas que pertenecen a instituciones nacionales y religiosas, de las cuales la mayoría aprueba el programa de la OLP).
A la firme resolución de los palestinos de decidir su propio destino, de reclamar sus derechos, su dignidad, los israelíes replicaron con una política de mano de hierro.
VON BENDA, R.: Los niños de la intifada. Madrid, 1992.
- Cuestiones:
1. ¿Cuántas intifadas han estallado en Palestina?
2. ¿Qué grupos terroristas operan en la región? ¿Cuál es la política israelí al respecto?
3. ¿Qué países están implicados en el conflicto? ¿Cuál es su papel?
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